Y… la madre de Lucifer irrumpe

La madre es el personaje más complejo de la serie y quizás de toda la historia que se nos cuenta en esta más que interesante y divertida zaga diablesca…

Por: J. Ignacio Mancilla

Publicado en Cuerdas Ígneas el 25 abril, 2024.

Para Lauren German y Tom Ellis, alma y corazón / corazón y alma de la serie Lucifer

Por eso dejará el hombre a su padre

y a su madre; y se adherirá a su mujer;

y vendrán a ser los dos una sola carne.

Génesis: 2, 24.

Al final del capítulo 1 (Todo resulta bien para Lucifer) de la temporada 2, la madre de Lucifer entra en escena. ¡Y de qué manera!

Para aparecer, ya de lleno, en la trama; sobre eso trata el capítulo 2 (Engaña engañadora, dijo la gran zorra infame) y los subsecuentes. Su presencia atravesará varias temporadas.

Siendo la madre, el personaje más complejo de la serie y quizás de toda la historia que se nos cuenta en esta más que interesante y divertida zaga diablesca.

Es Tricia Helfer la actriz que encarna a Charlotte Richards, y es el cuerpo de ella el que ocupa la madre de Lucifer; con todas las vicisitudes que ello implica. Para bien y para mal.

La irrupción de la madre de Lucifer hace que todo se complique, todavía más allá de la de ya por sí compleja que era la narrativa sobre Lucifer mismo; la aparición de la madre de Lucifer introduce una variable divina en la vida cotidiana de la tierra, es decir de Los Ángeles; afectando a todas y todos. Inclusive a Lucifer. No podía ser de otra manera.

Lucifer y su mamá serie
Lucifer (Tom Ellis) y Charlotte Richards (Tricia Helfer). ‘Lucifer’ / Netflix.

¿Es la madre de Lucifer el prototipo de todas las madres?

¿Cómo definirla sin que parezca su caracterización como algo estereotipado, como dicho bajo un guion patriarcal, fuera de lugar y, en estos tiempos femeninos, políticamente incorrecto?

¿Qué decir de la función materna? ¿Es también, como la del padre, fallida de por sí? ¿Pero, en qué radicaría la falla de una y de otra?

¿En qué, pues, radica la diferencia entre una y otra función?

¿Por qué el padre y la madre, funcionalmente hablando, tienen que estar en conflicto permanente, como personajes de la estructura familiar?

¿La familia toda, como estructura y como función, está determinada por el conflicto entre el padre y la madre en tanto representantes de roles distintos?

¿Y dicho conflicto, a su vez, no está determinado por el conflicto de los padres de los padres?

¿Y así repetidamente durante toda la historia de la familia (humana)?

Difícil la tarea, sin embargo, intentaré responder a estas cuestiones mediante el análisis del personaje materno de Lucifer y todo lo que su presencia provoca; siendo sus actos y motivaciones con demasiadas consecuencias. Por tanto, muy complejos, pero ¿no son así todos los actos humanos?

Y es que estamos, literalmente, ante la (diosa) madre y todo su poder de vida, pero también de muerte. Creación y destrucción van de la mano, al tiempo que difieren, en la (diosa) madre de Lucifer.

Algo que se pone en juego, precisamente, con Charlotte Richards. Tricia Helfer hace una excelente actuación y caracterización de la madre de Lucifer.

A good day to die lucifer
Episodio ‘A Good Day to Die’ (‘Lucifer’ / Netflix).

El capítulo 13 (Un buen día para morir) de la temporada 2 es clave para mi lectura, Charlotte Richards se muestra, en particular en ese capítulo, como lo que es: caprichosa, vengativa, impulsiva, poderosa, celosa, posesiva, manipuladora, rencorosa, superprotectora, amorosa, iracunda pero siempre inteligente, desmesurada sexualmente, resentida con su pareja (Dios, el padre de Lucifer) y sutil en su proceder; hasta donde le es posible, porque también puede ser vulgar y corriente y comportarse como vil torturadora para obtener lo que quiere. Y es que su deseo (de madre) está por encima de todo.

Pero la cuestión principal es que Charlotte Richards, como mujer, es casi desmesurada en todo, en tanto no toda está implicada en la instancia de lo fálico, si Lacan tiene razón en su análisis de la cuestión femenina.

Este sesgo es el que analizaré, con la mayor claridad de mi parte, siguiendo de cerca lo narrado en la temporada 2, por ahora.

Regreso, por tanto, al capítulo 13 de la temporada 2.

Si ya con Lucifer, como Linda dice: «Nada ha sido sensato desde que lo descubrí»; imaginémonos cómo la insensatez se multiplica, particularmente, a la ene potencia con la presencia de la madre del diablo.

Bien, pero avancemos.

Para salvar a la detective, Lucifer tiene que ir al mismísimo infierno; pero lo más increíble, es que la madre también va —pese a su fobia y repudio del lugar—, haciendo así, lo que toda madre haría por su hijo. Va al infierno para rescatar a su vástago; cierto que, movida por sus propios intereses, pero la acción cuenta, sin más.

Charlotte Richards dice al respecto: «Bajaré y lo traeré».

A lo que Mazikeen le objeta: «Dijiste que nunca regresarías».

Charlotte Richards: «Sí, le tengo terror a ese lugar. Pero iría a cien infiernos para salvar a mi hijo. Desde que escapé, el infierno ha estado constantemente tratando de hacerme volver. Es solo mi resistencia lo que me permite luchar contra ese llamado. Así que solo… no me resistiré. Así que, ¿cómo lo haremos?»

«Parece que tenemos que pegar estos pequeños cables…»

Y… Mazikeen la sorprende, repentinamente, y le pone el desfibrilador, de este modo es como Charlotte Richards va al infierno a rescatar a su hijo, el diablo.

demonio mazikeen lucifer serie
Mazikeen, interpretada por Lesley-Ann Brandt (‘Lucifer’ / Netflix).

Ya en el infierno, ante la escena repetitiva, por la culpa, de matar a su hermano Uriel, el diálogo que se da entre madre e hijo es más que interesante, si consideramos el tema de mi interés en este texto:

Charlotte Richards: «¡Lucifer!»

Lucifer: «¿Mamá? ¿Qué estás haciendo aquí?»

Charlotte Richards: «Soy tu equipo de rescate. No perteneces aquí abajo, ya no.»

Lucifer: «Pero mira, mira lo que he hecho.»

Charlotte Richards: «Lucifer, este Uriel no es real. Desearía que lo fuera. Deseo tanto volver a ver a mi hijo. Pero es solo parte de tu infierno. No. Tú solo estabas tratando de salvarnos. No es tu culpa. Es mía. Yo soy la que debe pagar por esto. Desde… Desde que volví he estado… Manipulándote. Avivando tu ira contra tu padre con la esperanza de usarte en su contra. Pero solo empeoré las cosas…Los acerqué a ti y a esa humana [se refiere a Chloe Decker], sabiendo que podrá destruirte cuando supieras la verdad. Y ahora míranos. Atrapados en esta prisión mientras Chloe está muriendo.

Lucifer: «Chloe. Maté a Uriel porque tenía que hacerlo. Para salvarte. Para salvar a la detective. Y necesito salvarla ahora. Mamá, tenemos que irnos. ¿Mamá?»

Charlotte Richards: «¿Por qué nos iríamos? Uriel está aquí. Podemos quedarnos. Ser una familia feliz.»

Uriel: «Te extrañé tanto, madre.»

Lucifer: «¿Mamá? Mamá. ¡Mamá! Vamos. Tú me sacaste de mi culpa, no hay tiempo para la tuya, vamos.»

Uriel: «Por favor, no me abandones. No otra vez. Por favor [y Lucifer se la lleva].»

Charlotte Richards: «No… No. Lucifer.»

«- No, por favor. ¡Uriel! ¡Mi dulce niño!»

«- No es real, mamá.  ¡No es real!»

«- Mi dulce niño. ¡Uriel!»

Así es como Lucifer es salvado del infierno por su madre y regresa para salvar a Chloe Decker, una vez más.

Lucifer un buen día para morir
Fotograma de ‘Lucifer’ / Netflix-Fox.

¿Cuál es la diferencia entre la madre y el padre de Lucifer?

En que el padre no finge quererlo, según le dice Lucifer —tan resentido con su padre— a su madre, no sin resentimiento hacia ella también, en el diálogo después de haber salvado a la detective.

¿Cuál es la diferencia, pues, entre la función paterna y la materna?

¿En que el padre nos inserta en la sociedad y en la cultura, contra el deseo muy profundo de la madre de tenernos solamente para ella? ¿Es realmente así?

En los siguientes capítulos, la madre de Lucifer está a punto de convertirse en pulsión pura, es decir, en mera fuerza (energía, ¿libidinal?) destructiva; por ello la prisa y por eso también su afán de manipular a Lucifer y los acontecimientos, para así acelerar su regreso a la Ciudad de plata e intentar destruir al padre de Lucifer, es decir a Dios, su pareja.   

En el capítulo 16 (Dios Johnson) de la misma temporada 2, Dios hará su primer anuncio antes de entrar también en la escena de la tierra (de Los Ángeles, específicamente). Y Lucifer los juntará y, ¡oh sorpresa!, la sagrada familia es, como cualquier familia, bastante disfuncional; hay mucho resentimiento de ella, la madre de Lucifer hacia su esposo (Dios).

Resentimiento por todos lados. Cuando las señales le indican a Lucifer que Dios Johnson es realmente su padre (en tanto se ha encarnado y ha poseído a dicho sujeto), le dice: «hijo de perra» y le da tremendo puñetazo. Después, en otro momento, Lucifer le hace una retahíla de reclamos; ante los que Dios Johnson le cuestiona, ¿y tu libre albedrío?

Por su parte, cuando Charlotte Richards se encuentra con su esposo, una vez que lo reconoce, la da un rodillazo en los testículos (técnicamente, lo faulea) y le reprocha, diciéndole bastardo, por haberla enviado al infierno, para castigarla. Por la rebelión de Lucifer, rebelión que, ahora sabemos, ella alentó.

En fin.

lucifer el bueno el malo y el crujiente
‘The Good, the Bad and the Crispy’ (‘Lucifer / Netflix).

La temporada 2 cierra con el capítulo 18 (El bueno, el malo y el crujiente), cuando Lucifer manda a volar a su madre, literalmente, a otra dimensión; después de los intentos desesperados de Charlotte Richards por hacerse de la espada ardiente para obrar conforme a sus planes de destruir a Dios, supuestamente con la complacencia de Lucifer. Pero Amenadiel se resiste a ello y las cosas se complican.  Como suele pasar.

La maledicencia de Charlotte Richards llega al extremo de violentar a Linda, la terapeuta de Lucifer, para hacer que le confiese los planes de Lucifer, pero ella se niega a traicionar a su paciente y paga las consecuencias por dicha ética y lealtad; poniendo en riesgo su propia vida.

Para coronar de lleno la lógica perversa con la que se mueve Charlotte Richards, vale la pena citar parte del diálogo final que tienen Lucifer y su madre; no todo, pero sí lo más significativo de dicho intercambio de palabras, por todo lo que nos revelan de la sintomatología de la sagrada familia:

Charlotte Richards: «Lucifer. Tenemos la espada. Al fin, después de todo, podemos tener nuestra venganza. Podemos destruirlo [se refiere a Dios, el padre de Lucifer].»

«- Podemos recuperar nuestro hogar [¿puede haber hogar con un padre destruido por la madre?].»

«- ¡No me voy, mamá!»

Charlotte Richards: «Está bien. Puedo cuidarla por los dos. Solo dame la espada [ardiente] y yo haré el resto. Por favor, hijo. Solo… Solo quiero una oportunidad de empezar de nuevo.»

Lucifer: «Pero… ¿volver a casa? Eso no es empezar de nuevo. Eso es retroceder. Y no es bueno para nadie. Así que es hora de que sigas adelante, mamá. Aunque signifique que jamás te volveré a ver [¡vaya metáfora de la muerte! ¡Y también de la separación del hijo de la madre!].»

Charlotte Richards: «Lucifer. ¡No! […]»

Y Lucifer, de un tajo, abre una puerta al universo, para, después de un intenso y climático diálogo, hacer que su mamá se desvanezca por esa ranura abierta por la espada ardiente; capaz de abrir al propio mundo, según dice Lucifer.

lucifer universo episodio 18 temporada 2
‘The Good, the Bad and the Crispy’ (‘Lucifer / Netflix).

Sí, retroceder no es comenzar de nuevo. Comenzar de nuevo es separarse de la familia para hacer la propia, como dice el precepto bíblico.

Pero… la mamá de Lucifer retornará, como retorna todo lo reprimido…

Y un servidor regresará para hablar más, todavía, sobre la mamá de Lucifer y de la familia más disfuncional del universo (Linda dice)… ya que es necesario más, todavía, de la madre de Lucifer.

Es una promesa.

P. D.

Una colega, Paola Mercado, ha escrito sobre la madre en L-a Causa del Psicoanálisis, desde su propia experiencia de madre. Y también como psicoanalista. Vale la pena remitir a esos dos textos, publicados en un proyecto distinto a este.

Dejo los dos enlaces:

J. Ignacio Mancilla

Guadalajara Jalisco, colonia Morelos, a 25 de abril de 2024.

Publicado por J. Ignacio Mancilla

Ateo, lector apasionado, militante de izquierda (casi solitario). Lacaniano, es decir, freudiano por convicción y...

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