Por: J. Ignacio Mancilla
Encantado, hijo mío, de empezar
a la vez a ser lo que seremos.
Andrés Neuman, Umbilical.
Por años tosí con esmero, te imitaba tan bien.
Me quedaba afónica, sin ninguna razón.
María Negroni, El corazón del daño.
La pandemia ya casi ida, aunque no del todo, puso todo patas arriba, de acuerdo con la expresión popular; pero la conciencia de ello apenas si duró, pues pronto se desvaneció en el marasmo de las preocupaciones cotidianas por la sobrevivencia y… las cosas volvieron muy pronto a la normalidad.
Dizque a la nueva normalidad.